Vive Le Cordon !!
- Flavia Busti
- 6 mar 2024
- 2 Min. de lectura

En esta semana, que transcurre entre reivindicaciones hacia el rol de la mujer, reflexiones sobre desde dónde debe partir el cambio y las críticas a las antiguas generaciones, que intentan surfear las nuevas reivindicaciones sin perecer en la orilla, aparece Le France.
Hace unos días nos sorprendió la noticia de la reforma de la Constitución francesa para blindar el derecho al aborto. Francia es un país pionero en la reglamentación sobre la garantía de la libertad de las mujeres a la decisión de interrupción del embarazo.
¿Cual fue el motivo que llevó al parlamento a reformar la carta magna?
La respuesta es algo que en el sur del mundo se conoce poco: El cordón sanitario a las derechas.
En los campos de batalla políticos, Francia encabeza la lucha seguido de otras naciones como Bélgica o Alemania, desplegando esta prodigiosa herramienta para contener el avance de los partidos ultraconservadores hacia posiciones de poder gubernamental. El ingenioso designio del “Frente Republicano” congrega a todas las facciones que no se alinean con la extrema derecha.
Pero, ¿Por qué en América Latina no se usa este recurso? C'est une excellente question!
Una de las razones es que, el espectro político de los estados latinoamericanos suele ser más fragmentado. Los estados que adoptaron desde sus inicios una Administración Pública y tipos de gobierno heredados de la colonia (era cómodo mantener todo en su lugar) supieron pasar de sistemas bipartidistas a un crisol de partidos que deambulan por el espectro político desde la punta izquierda hasta el límite de derechas.
En este contexto, no es siempre claro qué partido o movimiento de derecha sería el destinatario del cordón sanitario, ya que la derecha política puede estar representada por varios partidos con diferentes enfoques y niveles de extremismo.
Otro factor que hace al respeto por la pluralidad del voto ciudadano es la tolerancia política y el apego a los procesos democráticos y es que, los partidos políticos que tienen diferencias ideológicas significativas pueden optar por cooperar o negociar en ciertas circunstancias, en lugar de aislar completamente a sus oponentes políticos.
De hecho, muchos partidos de derecha en América Latina operan dentro de los límites de la democracia y participan en procesos electorales legítimos.
Por último en mi lista, pero no por ello menos importante, es la historia política de los estados latinoamericanos. Las estructuras de los estados modernos fueron construidas por partidos de derechas (monárquicos primero y republicanos después) que están arraigados e institucionalizados.
La discusión que se está generando en los estados europeos sobre si está mal aislar a los partidos que tienen una base electoral cada vez mas amplia, generando con esto una crisis de representatividad no cabe en este lado del mundo porque ya tenemos la pluralidad incorporada en el chip.
Países como España o Alemania se cuestionan si la clave para menguar el crecimiento de las extremas derechas se encuentra tal vez, en el debate y la argumentación y, mientras tanto los sudacas damos cátedra sobre pluralismo.
C'est tout.
Flavia Busti
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